Su nombre artístico hace referencia a un puerto sobre el Pacífico colombiano llamado Buenaventura, lugar donde nació Yuri Bedoya. Los sonidos del tambor, la marimba y los arrullos de los negros a la orilla del mar le dieron la inspiración para sus canciones, sus ritmos y su forma de hacer música; una música tamboril y mística. Luego emigró a Francia. Vivió en la calle hasta que encontró un espacio dentro de la escena de la música latina. Un buen día vendió 4 millones de copias y se convirtió en uno de los artistas latinos más influyentes en Francia. Eso lo debe a estos dos lugares: Buenaventura, que le dio el sabor, el ritmo, la esencia. Y Paris, que le dio el espacio, el público y la sensibilidad. (Don't Leave Me).