La historia es un gran relato pero también es una sucesión de instantes que pueden llegar a definirlo todo: un momento que cambia el curso de los aconte-cimientos; una palabra nunca pronunciada o mal dicha o mal entendida o mal traducida, y las consecuencias que se derivan de ella; un decisión equivocada, un descuido, un abrir y cerrar de ojos en el que la suerte de una civilización milenaria puede ser (o habría podido ser) otra para siempre.